No sabré nunca identificar la razón de mis fallos, la razón de las constantes caídas. No sabrá la luna contar sus cráteres, se rendirá en el intento como el árbol cesará de perseguir sus hojas en invierno. No sabré los motivos de las lágrimas cuando no pueden parar, pues la actitud ya no les va cuando algo anda mal. Colapsaré intentando mitigar mis dudas, colapsaré como el sauce, como las nubes, como los vientos deñ sur. Colapsaré.
He tendido el peso de mi cuerpo en una banca ordinaria, solo para observar la carrera repentina de las palomas que llenan la plaza. He fotografiado la expresión de cada una, y aún no entiendo porqué. porqué correr al vuelo, por que ahí.
He leído a extraños. A conocidos. amigos, amores y seres queridos. Y todos hablan de lo mismo, y todos sufren por lo mismo, y todos gozan de lo mismo, y todos rezan por lo mismo. Todos, todos añoran lo mismo, y lo sueñan, y lo piensan, y lo sienten al punto de hacerlo suyo, y lo comparten, y lo viven. Y aún sin tenerlo son capaces de llevarlo encima, por todas las carreteras de su vida. He leído a extraños que me conocen más el resto. Y he tocado a extraños como si los conociera más que a mi. Y he fumado con extraños que hablan más que mis hermanos, como si la vida desde antaño nos hubiera presentado.
He conocido seres extraños en cada lugar que mis pies han pisado, y son momentos que no arrastro más que en mis adentros. Son personas que de seguro no me recordaran, que no volveré a visitar, que por completo desapareceran, que movieron mis cesos, que jugaron con mis entrañas, que amenazaron con interceder por las cosas que no me permito pensar, y que aún me siguen, en cada vuelta del camino, pues ellos me han hecho cambiar sin siquiera proponerselo.
La perfección soñada debe ser imperfecta.
Sé que suena tonto pero es verdad.
Y aquí no queda más que un par de cigarrillos, para compartirlos bajo la lluvia con la luna llena. Y aquí no queda más que el frío que ya no cala mis huesos. Y ya no quedan carreteras congestionadas, y los torcidos árboles ya fueron consumidos por el fuego. Y la gente que camina, tan histérica como siempre. Jamás entenderá lo que todo esto significa. Y de seguro tampoco encontraré las suficientes respuestas, pues soy lo único que tengo. Y algún día me daré el tiempo de descubrirme.
