Las NO fronteras Vuelan a través del Ahora. ..

Posted: viernes, 17 de febrero de 2012 by Underfunded . - in
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Tengo fiebre de amores.


Tengo un magíster en distancias que duelen


Un diplomado en cartas no enviadas.


Estudios de abrazos que hacen falta.


Cruzo el surco de tus besos para mirar más allá de tu boca.


Te miro y pienso en carne


Cuando debería pensar en silencio.


Perdida tengo la consciencia entre tu tiempo y mi tiempo.


Se me ha quedado muda la astucia


En blanco el alma de mis párpados,


Cansada de pensar maniobras para no toparme con el suelo.




Te huelo con desmesurada distancia,


Te absorbo, como la catarsis que lleva tu nombre me absorbe.


Lo malo de llorar es que la piel te recicla las lágrimas,


Te devuelve la ausencia.


te revuelve la locura como no ha sido revuelta nunca.


Mientras ésta casa se reserva la duda


de haber sido público, de haber sido oyente,


de haber sido el coliseo de tu cuerpo y el mio enfrentados a muerte.




De haberlo sabido jamás me hubieras hecho falta


Porque el diccionario que compré para olvidarte


No traía esas palabras.


¿Cómo saber que seguías existiendo? como un muerto en vida,


en la vida de mis manos,


en la vida que se desvive en la fibra de lo que jamás fue narrado.




Tengo esa nostalgia de domingo en el que ya no llueve


el palpitar oscuro del fin del mundo en la garganta.


Mientras bailo y me emborracho con tus letras y mis ansias


Con la incertidumbre acobardándose en mi espalda.




Tengo la mente larga,


La soledad se me ha quedado sola


durmiendo en tiendas de rebaja, buscando ropas con descuento.


Tú, con tu lengua infinita, llenaste el vacío para volver a vaciarlo,


Para rasparle las huellas,


para quitarme el rastro de los perfumes que me desvanecen,


para romperle el rostro a todos los rostros que me alquilan el espejo,


para bajarle el cierre a la costumbre


de saberte en tantas camas, de encontrarte en todas partes,


con cualquiera que cruce tus esquinas,


con las mismas esquinas que te cruzan las piernas.




Tengo fiebre de ti,


Muerte de antaño y vueltas de locos.


Horas de cielos que nunca existieron,


Porque mantuve los ojos cerrados


Y seguiste pareciendo un sueño,


El ahora de mis horas,


La sutileza de la galaxia perdida en mi cuello,


El aroma del cosmos,


La constancia del tiempo,


El grito de cualquier final que supo como terminarse,


Porque la realidad de las películas es que luego de los créditos


los actores se sacan la ropa,


el maquillaje y las palabras,


se quitan de la boca los besos ajenos


y se largan a caminar por la calle de los apretones de manos,


tras las migajas de la cordialidad barata,


a la vida que les tocó y que ellos nunca quisieron.


Por eso no te necesito en mis finales,


por eso no te busco en mis comienzos,


porque vuelas de principio a fin,


por las NO fronteras de mi cuerpo.





• Recuerdame siempre, aunque nunca sea suficiente :*

Día 2 . ..

Posted: miércoles, 1 de febrero de 2012 by Underfunded . - in
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La cajetilla de Don Hilton se burla de mi escondiendome el último cigarrillo. Una chica en mi ventana y más allá una pila de departamentos inútiles que nunca más volveré a ver desde esta altura de la noche. Hoy cambié, como ayer. ¡joder! que ayer es tanto tiempo, pero hoy se me cuela el poder del ahora en el espejo, con arrugas invisibles y cicatrices en el cuello.

(pausa)

6:12 a.m *

la hora del insomnio, del corazón apretado y el dolor de cabeza. La hora de orishas* junto a una desconocida.

esa intriga parecía no llevar a ningún puerto, o tal vez a una isla desierta. Como cuando un nombre no te satisface y te quedas esperando algo. Yo quería que fuera más simple, pero ella lo hacía más y más complejo. Tuve que arriesgar dos cervezas, tres cigarros y un pedazo de mi cuerpo, por si acaso pasaba algo. Me frenaba las tretas con el misterio de lo interesante, pero no sé si tenía alas, o si acaso sabía usarlas.

Mientras jugaba con los conceptos, yo volvía al limbo de las palabras asbtractas, a usar su lengua para entrar por su garganta. Sin sofisticación y de la manera menos solemne, sin un objetivo claro y sin tener (aún) su rostro en frente.

Junto a Manu aparecía el Alba, con la silueta de la ciudad escondida tras su falda. Parecía que el día sería uno de esos largos, se venían los bostezos y uno que otro recuerdo macabro. Las promesas que ella exigía parecían sacadas, seguramente, de uno de los tantos libros que siempre leía.

y de repente eran las 6:39
- Se me olvidó que te olvidé y me volvió a sangrar la herida -
y esperando la última rola, se me volvió a olvidar tu nombre, se me volvió a gastar el llanto, se me volvió a colar tu risa y me volvió a explotar tu encanto; Con ella, sin ella, junto a cualquier otra. Se me olvidó que te quería.




Día 1 .

Posted: by Underfunded . - in
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La vida pasa y pesa; dijo una vez, y luego sintió como iba traficando los días de un bolsillo a otro, ilegales, como toda mirada perdida que se adueña de un desconocido en cualquier calle, como cualquier par de labios que se adueñan de cualquier nombre, sin saber jamás ese nombre que ha sido nombrado.

La vida pasa y pesa; dijo ella, mientras viajaba por la tangente del tiempo, escapando de las maletas, de los recuerdos en conserva, del abrazo céntrico de esa ciudad invisible que solo existía para otros.

La vida pasa y pesa; lo sabía, lo sabía como lo supo tantas veces.

La vida pasa, y sin luna llena ¡joder! como pesa. Pasa por sobre las sábanas, camuflada como una suave brisa que se cuela por la ventana; Pesa, como pesan las horas que faltan, como pesa volver a pensarte, como pesa la eternidad traducida en la boca por un puto silencio, para uno, entre dos, entre tus gentes y las mias, como si la vida pasara para quedarse estancada.

Lo malo de la vida es que no se cansa de pasarte/pesarte por encima, con su venta de intangibles, sin boleta, sin respaldos, sin contratos, sin justicia. Con el nombre que quieras darle, con los ojos que se te antojen, con una explosión de sonrisas con las que podés deleitarte.

La vida pasa y pesa; dijo ella, mientras le hacía el amor a mis ganas perdidas en la tangente, devolviéndome las maletas carcomidas de conceptos, con el abrelatas en la mano y en la pared un bonito cuadro de invierno.