Manicomia Blues

Posted: miércoles, 22 de enero de 2014 by Underfunded . - in
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Bienvenidos a la Manicomia Blues, el único lugar en donde los pájaros se vuelven jaulas y los cigarrillos siempre faltan, un lugar muerto de lluvia que arde en la cámara de los turistas. Aquí no para el blues, y no se asuste si no escucha nada, porque ya lo hará... ya lo hará.

Adelante.. .


Aquí cuando se nos acaba la droga, nos da por suicidarnos. ¿qué?, no, no. Que no lo digo a modo de advertencia, más bien le estoy avisando. En esta ciudad hace años que no se duerme.El motivo es algo confuso, lo recordaría, tal vez.. si ésta conversación no fuera la ilusión de siempre, esa, en la que ves llegando a un turista que promete quedarse, encantado y dichoso de los beneficios de nuestro hotel, pero al rato le parece extraño ese silencio con tintes desérticos, muchos no entienden, - escuchamos voces que vienen de la nevera - nos han dicho, escuchamos como si un grillo se riera de nosotros detrás de la ventana, pero ¡que crees! caímos en que no había ninguna ventana, ¡eran solo pedazos de cartón azules!. - Drim se echa a reir, disfrutando en la soledad que salpica de la falsa compañía, y luego, ante el asombro del turista, una pequeñas lágrimas púrpura se escapan de sus ojos.

¡Se nos han ido tantos! - suspira Drim -  ya te contaré de los souvenirs que le dimos a los expresspeople, como olvidar. Drim, mirando pensativo el techo, observa de reojo al turista al sentir su inquietud - disculpa - dice, quitándose con delicadeza una lágrima de sus ojos. - estas lágrimas no son de llanto, es que tengo unos polvos mágicos que quizá te gustaría probar... son como pequeñas gotas de arena que dejas caer en tus pupilas. Tienes dos opciones, si se dilatan, le dicen Nirvana, si no te pasa nada, estas jodido, tendrás un mal viaje. ¿cómo el trap? - pregunta el turista - y dubitativo se cuestiona su ignorancia -  trap, trip, trip...si, si, eso - ¿qué?, ¿trip?, ¡Oh, you're so Kitsch honey!, el trip es para perros, aquí se llama "trrripsomnia", si, así, con muchas erres, como si lo hubiesen inventado los rusos, pero ni creas que te lo pones bajo la lengua, aquí, si quieres droga, tienes que sudar.

El turista se muestra incómodo, observa el perfectamente desaliñado atuendo de Drim, intenta husmear por debajo de su ropa, esperando a que esconda algo, queriendo que algo lo asombre para deleitarse con esa fatigante sensación que producen el miedo y el deseo cuando están juntos.De todos modos el turista da un paso atrás en señal de renuncia, intenta abortar aquella misión que desde un comienzo fue un final perdido. Drim se adelanta y toma su mano intimidantemente, mirándolo con sus dilatados ojos púrpuras, que ya no lloran, ahora brillan despampanantes.

No te vayas, no te vayas - insisite -... entiendo que suene extraño, permíteme, Te mostraré, pasa por aquí.

El turista intenta no insinuar demasiado la necesidad de recuperar su mano,pero cuando Drim abre un gran ventanal polarizado, el turista se impacienta al verse invadido de humo tecnicolor. Suelta la mano de Drim y se echa para atrás asustado.

Drim atraviesa el humo bailando, perdiéndose en la tentadora posibilidad de jugar con la curiosidad del turista, canta y canta y canta, elevando y bajando sus tonos de voz, burlándose de las tontas canciones antiguas. I'm singing in the rain, just singing in the rain, repite,y extiende su mano invisible a través de los colores metálicos que ahora vuelan por el aire, y le entrega un paraguas al miserable turista - Lo vas a necesitar - Drim sigue cantando y lanza el paraguas al aire haciendo que nuestro turista haga malabares para no perderlo.

Entra, dice seriamente Drim - y cúbrete, a menos que no te hayas bañado.

Primero entra el paraguas, luego un pie tímido y confuso. Al rato, como si de horas se tratase, se obliga una mano a tocar la espesa neblina, humo, gas, que se yo, degustándola lentamente con la palma. 

¡Entra ya! - grita Drim, cogiendo su mano y empujándolo. 

Una vez adentro el turista ya no ve colores, ya no ve a Drim, ya no puede ver siquiera la palma de su mano, y en sus ojos, aunque nunca puedo recordar como quisiera describir esta parte, se puede decir que habían pequeñas hojas de otoño, crujientes hojas de otoño, con tintes de primavera rota, con aroma a musgo y epilepsia. No se si me explico, esos ojos muertos ahora si que carecían de vida, o se podría decir también que había un exceso de supervivencia. No lo sé...



ser nube con la forma de tu boca.. .

Posted: viernes, 17 de enero de 2014 by Underfunded . - in
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Siento que el cielo se mueve, que el agua se remece cuando abro la puerta de mi departamento, he llegado a pensar que mientras duermo la vida se pasea entre las paredes de mi cuarto. No sé, quizá exista un exceso de espacio cuando abro la ventana, un abismo camuflado por el calor del verano que lo aletarga todo. 

Supongo que han sucedido cosas, cosas inconexas como se ha titulado éste último capítulo de mi vida. He perdido los estribos de la moral que intenté inculcarme, he perdido las adicciones, y ahora con abstinencia las miro de reojo, mientras flotan en la superficie cercana al insomnio isotrópico.

He besado labios siderales, labios que bien podrían recordarme a días desiertos y otros que saben a lluvias tropicales. He besado con los labios abiertos, cerrados, dormidos,histéricos. En fin, han habido besos, y eso me ha llevado a sospechar que se me ha ido el norte con el antifaz puesto, porque he puesto los ojos en lo prohibido, y bah!, que sí, que lo prohibido besa mejor, baila mejor, fuma mejor y jode mejor, de todas las formas en que alguien puede joder a otro alguien. Con la boca, con las manos, con los dientes y las palabras, y las miradas, y las sonrisas, y la distancia.

Ya, ya, que yo también he fumado de esa cajetilla, y he regalado cigarrillos corrientes que han roto pulmones y al rato corazones. ¡Que joda!, esa de los cigarrillos. Que mal tan necesario. Qué fácil sería ser un cigarrillo, consumirse en los extasiados labios de alguien, sentir la presión de la tristeza que invade la mandíbula, a veces. Asfixiarse con la música que cantan por ahí otros labios, temblorosos, recordando. Ser un cigarrillo con el amor tan bien hecho, tantas veces o tal vez solo una. La única, la necesaria, ser piel y ser orgasmo, ser el muerto en esos labios muertos, ser nauseabundo, ser cósmico, ser la calma que antecede a la tormenta, o la tormenta misma y la ceniza al viento. Ser un desliz, un error, una casualidad, una brisa nerviosa que huele a nicotina y a perfume. Ser un puto cigarrillo y pertenecer a la intimidad de alguien, morir con el secreto que guarda la humedad y el vacío de sus labios. Empaparse del misterio de ser nube con la forma de tu boca, y surcar el viento cálido del verano, hoy, esta noche, a esta hora clandestina en la que te pienso, como si supiera a quien le hablo, como si hubiese elegido ser el cigarrillo que se fuma tu ausencia. Un poco mentolado, un poco corriente, suave al paladar, de muerte lenta, de esos que hacen subir al humo, que te vuelan la cabeza, que hacen que te vuelvas adicta.. .