Sin nombre n°1

Posted: lunes, 7 de enero de 2013 by Underfunded . - in
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He ido buscando un sueño
al borde de todos los caminos de éste laberinto
y aún no encuentro nada,
ni pistas de alguna dirección errónea 
que permita el movimiento de éstos escombros
que llevo por casa en la cabeza,
refugio insano para ésta mente
mentalizada en perderse en la ciudad de los intentos.

He ido barriendo el tiempo deprimido en las vías del tren,
esperando que llegue la estación antes que el último vagón,
con la respuesta para anestesiar
lo que fui contigo, 
y que no vuelvas con la primavera.

He ido cazando sueños que no se parecen a los mios
probando suerte, durmiendo bajo cualquier puente
cenando espera, bebiendo espera, follando esperas
que no me esperan en ninguna parte.

Estoy lúcida,
derrochando miradas al horizonte, 
buscando lo que va quedando 
de vos,
lo que va quedando 
de mi,
escondido trás una lluvia refinada
que moja, precisamente,
las cosas que quiero ver difusas
a través de mis lentes.

Estaba lúcida,
antes de ti,
demasiado lúcida para no darte las gracias,
esperaba lo que ahora me sobra,
la locura,
de saber que el humo de todos mis cigarrillos
sigue al viento,
y que el viento que emana de éste lado del camino
te sigue a vos,
que seguís al universo.




Caída libre.. .

Posted: miércoles, 2 de enero de 2013 by Underfunded . - in
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La vida no es como en las putas películas, no existen los finales felices, la única forma de que realmente se acabe algo es dejando de existir, pero no puedo sentarme a esperar a que la muerte se paseé por mi esquina, no puedo, no sabría la cantidad exacta de cigarrillos que debiera llevar en los bolsillos, no sabría si dormir o aprovechar la noche, no sabría si hablar o no de aquello que se ha quedado mudo, encerrado, como un loco autocensurado en el manicomio de lo inevitable, porque allí es donde la locura se vuelve loca, enclaustrada en la rendija de una ventana indiscreta, en la alcantarilla de un corazón estancado que ha dejado de drenar sangre para comenzar a drenarte a ti...

y escribir, ¿de qué sirve escribir?, escribir ésto que dejará de existir cuando me estén comiendo los gusanos, o quizás antes, cuando simplemente una casualidad quiera que desaparezca, antes de que algún pasajero de mis andenes oxidados logre aliviar su viaje o hacerlo más largo perdido entre éstas líneas que no llevan a ninguna parte.

Te veo, a veces, te veo por ahí entre tantas otras que se cruzan, te veo difusa o revuelta, en el vaho de la madrugada que me despierta con la melancolía en el rostro, te veo, porque se me antoja tenerte cerca, porque quisiera inventar tu silueta en el humo de la mayoría de mis cigarrillos nocturnos, pero he dejado de fumar, y eso de la ansiedad ya pasó de moda, es por eso que debo buscar otras formas para evitarte, para tragarme esta inconsecuencia y dejar ya de masticarla, para dejar de llevarte en la garganta, en los zapatos, en la espalda. Te veo a veces, te sueño a veces, te espero sin esperarte nunca, te siento con la actitud entrenada que ya no se dedica a sentirte, pero vuelves, vuelves a donde no se te ha llamado nunca, sin ánimos de volver, vuelves como el boomerang que lanzaba en la infancia, pero dueles más que una mala atrapada, más que una herida invisible, más que una película gringa triste, más, porque para todo lo demás existe el olvido, pero tu no conoces las raíces de esa palabra, y te mantienes viva recorriendo los distintos parajes de la fibra que me envuelve, y te quedas acampando en los alrededores de lo prohibido,luciendo tu desnudo encanto en las zonas que ya no son aptas para vos, y no sé si te darás cuenta, no sé si éste sentimiento desintegrado e insensato tendrá todavía las mismas alas, no sé si se pasea por el sol o las bate por la noche cerca de tu ventana, no sé, ese es el problema, creo que ésto que vive en mi ya no tiene rumbo, carece de cordura, levita en medio de la nada como lo hacen las cosas que ya no importan, y se ha independizado de mi como yo me he ido a vivir a otros cuerpos, pero tu te pareces a esas películas de terror con fantasmas sin vida que se mudan de pueblo en pueblo, sos como las esporas que se impregnan causando alergias sin previo aviso, te mantienes vigente al borde del camino, donde mueren las colillas atrapadas en las ruedas de los autos, esos que se encargan de que todo se mantenga en movimiento en mitad de la noche, te has echo del arte de quedarte, sin que esa, precisamente, sea tu mejor arte, y yo, que ya he dejado de pasar por tus veredas, que ya he dejado de buscarte en la eternidad fugaz de las estrellas, que ya entendí que el tiempo no se encarga de curar nada; sigo caminando, sigo escribiendo, sigo comprando cigarrillos, sigo soñando,y sigo intentando echar raíces,perdiéndote el rastro por ahí, sin dejar de avanzar nunca, 

de andenes y re locos .. .

Posted: by Underfunded . - in
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Mi sombra se desliza en cámara lenta,
va primero que yo,
recogiendo las esquinas que me han estado siguiendo
y que he visto como fantasmas 
en medio del camino.

De pronto me deslizo yo,
como se desliza un cigarrillo en coma refugiándose en los labios,
dormido, esperando a morir,
soñando con otros mundos cercanos a éste,
como tu puerta, su ventana, el paradero de mi micro,
alguna noche de farra.

Me muevo por el andén de todos los cambios,
sacándome la ropa,
a penas llevo el orden aleatorio de la banda sonora
de las estaciones que me visten hoy,
y que me desvisten siempre.
Llevo la lluvia en los ojos,
diciembre en la garganta,
el otoño camuflado en las pálidas mejillas
y la primavera en la billetera
esperando a ser robada.

Atrás quedarán todos esos caminos que llevan a Roma,
los muertos que encierra la ciudad
a eso de las 3 de la mañana.
No habrá más pisos suicidas
ni piscinas con sirenas borrachas,
ya no.

Se quedarán, espero, 
las luces que me hablan a lo lejos, incesantes,
esperando que se yo, que alguna casualidad
me haga correr a tientas por la noche
siguiéndolas, cual estrella, fugaces por mi firmamento.
Mi etílico firmamento de noches vagabundas
que se disuelven en el vino de alguien,
en el departamento de al frente,
mientras desde la terraza voyerista me deleito,
con la sonrisa de esos otros 
que si supieron abandonarse,
que aún después de soltarse
siguen unidos.
Como el grito nocturno de los pájaros inmortales
viene a dar hasta mi puerta,
para quedarse y hacer el amor con la angustia
de sentirse demasiado vivo,
de sentirse demasiado muerto.

Mi sombra se desliza en cámara lenta,
y luego me deslizo yo,
como una estampida de todos los "yo" que he conocido,
como una terapia grupal perdida en el manicomio que llevo en la mochila,
me muevo, reitero, por el andén excéntrico de todos los cambios,
con una serpiente enredada en el cuello,
con el susurro de la muerte silbando a lo lejos,
con los dientes apretados mordiendo mis debilidades,
y con el corazón en los oídos, 
delatandome,