About you.. .

Posted: viernes, 5 de julio de 2013 by Underfunded . - in
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Hay cigarrillos tristes y el que me acabo de fumar, el último, el último de muchas cosas que no van a suceder nunca más, he estado pensando en esa absurda y dolorosa fragilidad de las cosas, en esos momentos que pasan un día, desapercibidos, y que uno se dedica a extrañar tanto al rato, esos besos tan ajenos después de que el tiempo arrasa contra ellos, como un gran tsunami de emociones que lo inunda todo con su frialdad, como esa gran tormenta eléctrica de caricias que se encuentran a tanta distancia ésta noche. La insoportable levedad del ser, que parece absorber las cosas como un agujero negro que las transporta a otra dimensión, a la dimensión de las palabras que parece que lo solucionan todo, pero que de nada sirven, porque NO, las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia. Y es tan cierto que las heridas están plasmadas como grandes cicatrices para recordarnos siempre que de vez en vez volverán a doler como la primera vez. Hoy la noche tiembla como un breve grito en mitad de la nada, Se desnuda para hacer el amor como loca con la soledad, se pierde en mitad de la bruma que llora sobre un cajón humedecido por el olvido, en un cementerio de reproches que llegan a mi almohada cada vez con mayor frecuencia, se dilata en mis pupilas como una droga barata que paraliza las sombras y los nombres de aquél imperio de amores que carecen de sentido. Hoy el amor esta echado, como la suerte que poco acompaña, como la champagne derramada en el rostro de un muerto que late desesperado en mi garganta. 

La melancolía de vivir no ha conseguido trabajar en ninguna parte, y se vino a hospedar entre las cuatro paredes de mi cuarto, tiene tu nombre y el mio pegados en la frente, como un mal sueño pegado en los párpados, como una pesadilla que se sienta a contarte tristes historias de amor que no van a dar a ninguna parte. El agotador humo del cigarrillo permanece moribundo en el cenicero nuevo que tengo sobre la mesa. No quiere morir, como yo no quiero que mueran estas oportunidades de reaccionar a tiempo, no a destiempo, como suele suceder.

Nunca he llorado más de cinco minutos, nunca el tabaco a durado toda una vida, nunca los recuerdos han permanecido intactos, nada se destruye, todo se transforma, como te vas transformando tu en los cimientos de lo que llevo dentro como un corazón delator que ya perdió su importancia. Quisiera poder decir que se trata de un día más, de una noche más en ésta fría ciudad con su extraña calma, pero no, hoy la casa huele a cenizas frescas, a sudor nervioso, a un mal baño de tina de espuma asesina que impregna todo de ti, como lo hacen los ojos imprevistos, las gentes que vienen a dar a mi puerta buscando explicaciones, como lo hacen las horas que avanzan y que se repiten envueltas en el pijama que usaré mañana, en el maquillaje que usaré mañana, en los lentes de sol que usaré mañana para cubrirme de ti y cuidarme de mi. Quisiera llorar más de cinco minutos, quisiera amarte toda una vida, quisiera jugar con el tiempo y tenderle una trampa, una que lo deje ciego, una que lo deje mudo, una que lo vuelva cuerdo para que entienda que el destino no tiene por qué existir aún, no hoy, no ésta noche que avanza como las ratas hambrientas que buscan comida. Hoy me llamo tristeza, me llamo nostalgia, me llamo como quieras llamarme para que sonrías un rato, un micro segundo en el que pueda regalarte toda una vida, una vida nueva que comience en la esquina de toda la fortuna perdida que hemos pateado al lado del camino, donde las colillas de los cigarrillos hacen fogata con sus cuerpos para contarnos lo que pasó después de que el amor se hizo del luto su mejor prenda, después de que los trenes descarrilaron en la avenida de las cosas imposibles, después de que se cansó de girar el mundo y decidimos bajarnos para comprar más cerveza y emborracharnos hasta morir en el fondo de una botella perdida en el mar de un mal cuento.

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