de andenes y re locos .. .

Posted: miércoles, 2 de enero de 2013 by Underfunded . - in
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Mi sombra se desliza en cámara lenta,
va primero que yo,
recogiendo las esquinas que me han estado siguiendo
y que he visto como fantasmas 
en medio del camino.

De pronto me deslizo yo,
como se desliza un cigarrillo en coma refugiándose en los labios,
dormido, esperando a morir,
soñando con otros mundos cercanos a éste,
como tu puerta, su ventana, el paradero de mi micro,
alguna noche de farra.

Me muevo por el andén de todos los cambios,
sacándome la ropa,
a penas llevo el orden aleatorio de la banda sonora
de las estaciones que me visten hoy,
y que me desvisten siempre.
Llevo la lluvia en los ojos,
diciembre en la garganta,
el otoño camuflado en las pálidas mejillas
y la primavera en la billetera
esperando a ser robada.

Atrás quedarán todos esos caminos que llevan a Roma,
los muertos que encierra la ciudad
a eso de las 3 de la mañana.
No habrá más pisos suicidas
ni piscinas con sirenas borrachas,
ya no.

Se quedarán, espero, 
las luces que me hablan a lo lejos, incesantes,
esperando que se yo, que alguna casualidad
me haga correr a tientas por la noche
siguiéndolas, cual estrella, fugaces por mi firmamento.
Mi etílico firmamento de noches vagabundas
que se disuelven en el vino de alguien,
en el departamento de al frente,
mientras desde la terraza voyerista me deleito,
con la sonrisa de esos otros 
que si supieron abandonarse,
que aún después de soltarse
siguen unidos.
Como el grito nocturno de los pájaros inmortales
viene a dar hasta mi puerta,
para quedarse y hacer el amor con la angustia
de sentirse demasiado vivo,
de sentirse demasiado muerto.

Mi sombra se desliza en cámara lenta,
y luego me deslizo yo,
como una estampida de todos los "yo" que he conocido,
como una terapia grupal perdida en el manicomio que llevo en la mochila,
me muevo, reitero, por el andén excéntrico de todos los cambios,
con una serpiente enredada en el cuello,
con el susurro de la muerte silbando a lo lejos,
con los dientes apretados mordiendo mis debilidades,
y con el corazón en los oídos, 
delatandome,




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