Voy en este vuelo transoceánico, oyendo tus versos melancólicos (8)

Posted: martes, 27 de noviembre de 2012 by Underfunded . - in
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Me gusta Drexler, tiene la voz de las cosas que según Liniers, te pasan si estas vivo, pero me trae problemas su parafernálica música, su disonante melancolía que a momentos se hace insoportable, como si uno se estuviese fumando un cigarrillo bajo la lluvia en un silencioso día de invierno, al borde del final de una película   de amantes plásticos que mueren con el sol enfermo, besándose en una utópica realidad escrita por uno de los míos, un guionista, un pequeño dios de lo inexistente que de pronto cobra vida y causa estragos, y te apaga el cigarrillo y te abre los ojos: hey! es una jodida película, nada más.

como la teoría que me encanta, la del caos y la relatividad de Einstein, la música se camufla a momentos, subjetivos instantes en subjetivas partes del cuerpo, caóticamente creando un vórtice en el que se atrapan las cosas, "la insoportable levedad del ser", el deseo irrealizable atrapado en las garras de una moral hipócrita que mantiene el orden de mi desenfrenada realidad que a momentos se detiene y a momentos se estrella con la realidad de otros, follando con la interconectada tecnología del ser, del estar, de la máquina que todo lo comanda desde allí donde se únen los hilos de mis dientes y me hacen hablarte desde otros mundos, con otros idiomas, de paso por los cráteres del universo, por los ojos de los planetas, por la bestia que reina en los anillos de saturno, por la estrella borracha, por el bar de putas estelares que se abre para cada eclípse y se contagia con la enfermedad de todos los voyeristas ojos irritados.

Fantasear. El arte de fantasear me permite ciertas licencias, ciertos pensamientos, el poder de estancarme por ahí en alguna cama y morir de deseo con los ojos abiertos, soñar, subirme a la palabra "soñar" y  desde arriba empaparme de su fonética, de sus terminaciones, de su vagaje incansable por la lengua de todos aquellos que ya no duermen por la noche, por la lengua de todas las bocas que besan bocas invisibles y le hablan a las paredes de colores donde han encerrado lo inalcanzable, para sentarse y verlos, a sus muertos, para charlar a veces, para sentirse parte de algo que se ha quedado atrás, en alguna parte.

Me cuesta, desde acá, alcanzarme tan pronto, desarmarme la conciencia y vivir del ello, de las poluciones que me llevan a drogarme de palabras con alguna lámina invisible bajo la lengua, "mi nueva manga". Me cuesta aferrarme como antes a esas cosas que no dejan de moverse, al Vértigo de Hitchcock poniendo a sus personajes en el peligroso abismo del miedo, persiguiendo un algo, un alguien o un rumbo que se adentra lentamente en la piel como una falsa retroalimentación. 

Como esa vez volando por otros mundos, me siento demasiado despierta para dormir y  demasiado cansada para mantenerme despierta. Me agobia la escasez de oportunidades para este sentir inestable que me aqueja a veces por la noche, la volátil sensación de no estar  en la esencia de ninguna cosa,  esa necesidad de llorar, de reír, de amar y de olvidar al mismo tiempo, como si la vida se tratara de un segundo, y un segundo hiciera el intento de encerrar lo que no sucedió en toda una vida.

y que va.. . 



"sigo" en mi vuelo transocéanico, oyendo tus versos melancólicos, dejando que el sonido de tu voz te traiga así del modo más enérgico. Me regalaste tus somníferos, me diste tu oráculo sintético, extraño método de ahogar la sed, aquí, lejos de tus lágrimas.. . (8)

a veces, a veces, a veces.. .



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