. Underfunded .

Yo solía escribir centenares de novelas que relataban el nacimiento y la muerte de cada uno de mis cigarrillos otoñales, para cada uno, 214 páginas quedaban bien; para las toxinas del filtro, un buen epílogo. ¡Cuántos ojos! ¡Tantas manos! uno tras otro caían los amores, los enigmas, las nostalgias.

¡Solía escribir poemas épicos! acerca de las 975 veces que tuve tus labios bebiendo café luego de tocar el cielo, con los dientes apretados y los ojos resplandecientes.

Me parecía absurdo e inconcebible, un día de mi vida sin aquellas plumas baratas que sustituían los días grises y la tempestad en nuestro armario, el lujo de la buena vida perdiendonos en otras sábanas, la culpa y la angustia, el invierno cruel, más cruel sin tu presencia.

dos ensayos al comienzo, cuatro rimas cuando te besé, un soneto (comencé a extrañarte) . En las entrañas un relato, seis canciones, veintidos poemas que escribí entre las nubes, y un libro (antes de caerme).

¿Cuándo fue que todo se nos escapó de las manos y el amor, visceral y embaucador, nos robó el caballo que compramos en navidad?

No me quedan cigarrillos :(
Antes. Los pájaros buscaban la luna a toda hora . . .